domingo, 2 de enero de 2011

El mejor animador, la mejor animadora

 
     "En nuestras escuelas, hablando en general, se ríe demasiado poco. La idea de que la educación de la mente debe ser algo triste es una de las más difíciles de combatir". (Gianni Rodari, Gramática de la fantasía). 


     El niño, la niña, necesita de una persona que le eduque para leer: alguien que despierte en  él/ella la curiosidad, la fantasía, las emociones y sensaciones que  más le enriquezca. Una persona que le conduzca a un mundo de experiencias maravillosas a través de los libros, que le enseñe a gozar, a reflexionar, a interiorizar sus lecturas, a lograr un acercamiento afectivo e intelectual con el libro. Y esa persona es el animador, la animadora. Como explica Montserrat Sarto, el animador a la lectura es un puente entre el niño y el libro, un mediador, el conductor que le debe hacer descubrir el valor de la lectura y tener con él un seguimiento hasta que alcance su autonomía como lector. 

Cualidades de un buen animador/a:

  • El mediador, la mediadora, sin duda, por encima de todo, debe querer serlo. 
  • Tiene que ser una persona preparada intelectualmente, lectora incansable de literatura infantil y juvenil.
  • Sensible, imaginativo, creativo.
  • Conocer técnicas de utilización de la voz y de la expresión corporal: saber modular la voz, tener buen sentido del ritmo, pronunciar correctamente.
  • Rigurosa en su trabajo, constante, conocedora de técnicas y estrategias.
  • Tener capacidad de interpretar los textos más allá de lo literal.
  • Con recursos, con capacidad para investigar, descubrir, experimentar y sacar provecho de ello.
  • Debe saber planificarse para alcanzar unos objetivos marcados. 
  • Preparar con antelación todo lo necesario para llevar acabo su estrategia.
  • Ser capaz de evaluar el proceso y los resultados de cada animación de manera objetiva.
  • Debe ser capaz de crear un clima propicio, un ambiente agradable, especial.
  • Ser constante, realizar animaciones periódicas.
  • Conocer la psicología infantil, saber manejar a los niños, evitar actitudes paternalistas/maternalistas, y también actitudes demasiado docentes, para poder ejercer como hilo conductor. 
  • Conocer los gustos lectores según las edades, estar al día de las novedades editoriales y literarias, colecciones, autores/as.
  • Valorar la interiorización, saber escuchar, ser paciente, cordial.
  • Saber entusiasmarse y entusiasmar, ya que es difícil transmitir lo que no se siente o experimenta.

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