Me gusta entrar en tiendas que venden libros de segunda mano. Se suele encontrar ejemplares que, para los que apreciamos lo antiguo, son joyas. Las imágenes que muestro a continuación son cómics escaneados que compré hace un año en uno de esos mágicos lugares, en los que huele a añejo y parece flotar el espíritu de las cosas. Adquirí, en total, nueve tebeos de los que llamaban "por entregas", por los que pagué la ridícula cantidad de tres euros. Pasen y vean.
¡Qué bonitos son! Esa suave decoloración (no sé si llamarle así) los hace especialmente atractivos. Yo también los habría comprado... Un saludo.
ResponderEliminarMariano Coronas